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Hasta un 13,4% podría caer el valor de las empresas chilenas con Ley de 40 horas

Mates 21 de marzo de 2023. Esta semana se discute la aprobación del proyecto de ley de 40 horas semanales en el Senado, luego de que el Gobierno realizara algunas modificaciones para lograr el respaldo necesario. Las opiniones respecto al impacto de los cambios en la jornada laboral están divididas, sobre todo, al hablar de cómo afectaría esta medida a la productividad y, por ende, al valor de las empresas chilenas.

En relación con lo anterior, Valoriza realizó un análisis que concluye que el impacto negativo para las empresas sería leve, ya que el efecto en el valor de las empresas rondaría entre un -1% a un -13%, incluso en un escenario pesimista donde a pesar de la gradualidad, la reducción en horario tendría que ser compensada con una mayor contratación.

“Las más afectadas serían las empresas del comercio minorista, importadoras, o empresas
industriales no intensivas en capital, donde la media de remuneraciones oscila entre un 20% y un 25% de las ventas anuales, al tener un margen promedio inferior al de empresas de servicio, lo que se traduce en que las 40 horas podrían tener un impacto en el valor en el peor escenario de hasta un -13,4% en este tipo de empresas”, señala Gadiel Rosenblut, consultor de Valoriza.

Además, agrega que en el caso de las empresas de consultoría, servicios legales, servicios
contables y servicios TI, que tienen gastos en remuneraciones que representan alrededor de un 50% de las ventas en promedio, el efecto es de hasta -12,6% en valor en este escenario, suavizado parcialmente por los mayores márgenes que manejan.

En comparación, las empresas de alta intensidad en capital, donde las remuneraciones pueden representar porcentualmente desde un 1% y hasta un 15% de ventas anuales, el golpe en este escenario no supera el -2% en valor de empresa.

Lo anterior, no considera la posibilidad de que se produzca un aumento en productividad como se vio en los casos de Francia y Portugal, donde el efecto de gradualidad y flexibilidad fue fundamental en permitir que las empresas repartieran el tiempo de los trabajadores de mejor forma posible, rindiendo más por hora. En el caso de Francia, se estima que este efecto recuperó aproximadamente un tercio de la producción perdida. En experimentos de empresas de semanas laborales de cuatro días, se recuperó toda la producción cuando se mantuvo el sueldo original.

“Estas cifras solo consideran el escenario donde al reducir su horario de 45 a 40 horas de trabajo, el empleado “produce” el mismo 12,5% menos por falta de tiempo. En un escenario donde el trabajador puede aumentar su productividad lo suficiente para hacer 42,5 horas de trabajo en las nuevas 40, los impactos anteriores en valor empresa se reducen a solo un rango de -1% a -6% en valor”, agrega el experto de Valoriza.

Evidencia internacional también apunta a que el saldo del impacto que no se recupere con productividad sería suavizado con ajustes salariales en el mercado laboral. “Considerando los positivos efectos intangibles que traería a las personas el régimen que plantea el proyecto de ley de 40 horas, los resultados del análisis permiten concluir que se puede producir un win-win para empresas y trabajadores, o por lo menos no dejar perdedores”.

Si bien es importante señalar que el impacto preciso de un proyecto es difícil de predecir como en cualquier política laboral o económica, las cifras del estudio de Valoriza limitan el impacto negativo del peor escenario a -1% a -13% en valor empresa. Sin embargo, evidencia internacional de aumentos en productividad y en el peor caso, reajustes salariales, apuntan a que la mayoría de los escenarios implican un efecto aún menor para empresas.

40 horas y productividad

Se ha planteado que pasar de 45 a 40 horas semanales laborales implicaría disminuir de un 10% a un 12% la capacidad productiva y generaría un dilema entre reducir las ventas o recuperar la diferencia con mayor contratación part time u horas extra, en un escenario donde los salarios y la productividad no suavizan el impacto.

Estudios sobre el impacto de la reducción de la jornada laboral en Francia (1998), Portugal (1996) y Chile (2005), a nivel país, concluyen que hay un impacto en la operación de las empresas que se manifiesta en la necesidad de contratación de horas extras, reducción o congelamiento de salarios e incluso, menor producción.

Para el consultor de Valoriza, “si las empresas no pueden producir lo mismo con menos horas, tendrían que compensarlo con una mayor contratación y reducción de salarios (o congelamiento de estos) para reflejar las menores horas de producción, con la excepción de cuando hay subsidios del gobierno como parte del proyecto, como fue el caso de Francia”.

Además, agrega que, según un análisis de la Comisión Nacional de Productividad, la alta rotación del mercado laboral chileno hace más probable que cualquier desequilibrio entre producción y salarios ponga presión a la baja en éstos. Esto porque desde la perspectiva empresarial, la necesidad de contratar horas extra para no bajar la producción implica mayores costos de remuneración, lo que se traduce en una reducción del margen operacional.

Sin embargo, el mercado laboral chileno y su alta rotación, teóricamente
permitiría que los salarios se ajusten hasta reflejar solo las 40 horas trabajadas y no 45, lo que ayudaría a recuperar el margen.
Por ejemplo, bajo este escenario, dos trabajadores que suman 45 horas de trabajo le costarían a la empresa algo similar al único que trabajaba las 45 antes.

Lo anterior, no considera un aumento en productividad como se vio en los casos de Francia y Portugal. En el caso de Francia, se estima que se recuperó aproximadamente un tercio de la producción perdida gracias a aumentos en productividad. La gradualidad y flexibilidad fueron fundamentales en permitir que las empresas repartieran el tiempo de los trabajadores de mejor forma posible, rindiendo más por hora.

Recientemente, estudios a nivel empresa de hasta 18 meses de duración, con más de 100 empresas de Inglaterra, Japón, Nueva Zelanda, Islandia y EE. UU., han demostrado que los objetivos de ventas y producción se cumplieron a pesar de reducir las jornadas laborales, pagando cinco días por cuatro de trabajo. Lo que sí, es importante destacar que muchas de las empresas de la muestra invirtieron en capacitación para mejorar la productividad.

La combinación de estos factores sugiere un panorama relativamente neutro para las empresas. “Desde la perspectiva empresarial, la combinación de la gradualidad, flexibilidad para pymes, avances tecnológicos y una posibilidad de ajustes salariales en el mercado, en su conjunto presentan panoramas de relativamente bajo downside para empresas”, concluye Gadiel Rosenblut.

¿Qué define el valor de una empresa?

Hay varios factores que pueden influir en el valor de una empresapero los principales son:

  • Flujo de caja futuro: generar más caja en el tiempo es la clave para aumentar el valor empresa. La caja es lo que una empresa genera y que los socios pueden retirar o disponer libremente sin alterar el funcionamiento de ésta, ni sacrificar su crecimiento a futuro.
  • Crecimiento: el crecimiento en volumen de ventas y/o márgenes esperado de una empresa también afecta su valor. Con un alto crecimiento esperado se suele tener un valor más alto que con un crecimiento bajo. Sin embargo, esto no siempre es el caso. Extisten excepciones: Por ejemplo cuando el rápido crecimiento que se planifica conlleva mayores riesgos, cuando la empresa cuenta con excesivas necesidades de capital de trabajo producto de sus plazos de pago o cuando la empresa destruye valor. Estos casos no son los más comunes y se pueden tomar medidas para mitigarlos, pero existen.
  • Riesgo: una empresa con un mayor riesgo suele tener un valor más bajo, debido al efecto de la tasa de descuento que se aplica sobre los flujos futuros. Un mayor riesgo implica una tasa de descuento más alta, y por ende un menos valor.
  • Rentabilidad: la rentabilidad se puede medir con diferentes ratios, el ejemplo más clásico siendo los márgenes, pero al hablar del valor de una empresa, la rentabilidad que realmente importa es el dinero que podrían retirar sus socios mes a mes o a fin de año, incluso si deciden no hacerlo.
  • Tamaño de la empresa: hay algunas empresas que valen más que otras sólo por el hecho de estar abiertas en bolsa y no verse afectadas a una falta de liquidez. En general, el tamaño no necesariamente va a ser el determinante principal del valor de una empresa, ya que también hay otros factores que influyen. La industria en que la compañía se desenvuelve, los márgenes, el endeudamiento y la gestión de la empresa, entre otras cosas.
  • Sector económico: el sector económico en el que opera una empresa puede afectar su valor, algunos tienen una mayor rentabilidad esperada y un menor riesgo. Esto suele ser el caso en industrias que se encuentran en nuevas etapas, de crecimiento rápido. Por ejemplo, hoy en día el sector tecnológico tiene un potencial de crecimiento alto porque la demanda está creciendo y, por ende, es más atractiva para los inversionistas, en cambio en el caso de industrias maduras esto no pasa esto porque no cuentan con una demanda que sigue una tendencia exponencial.

Es importante tener en cuenta que estos factores pueden interactuar entre sí y afectar el valor de una empresa de manera compleja. Además, puede haber factores adicionales que influyan en su valor dependiendo de cada empresa o industria específica. Si te interesa vender tu empresa, te sugerimos leer el artículo que lista las etapas del proceso de venta de una empresa.

¿Cuál es el rol de un directorio en tiempos de incertidumbre?

Chile –y el mundo- se encuentran viviendo momentos de incertidumbre. Tras el estallido social de octubre de 2019, la pandemia del Covid-19 presente por varios años y el proceso eleccionario que estamos viviendo (constituyentes, alcaldes, gobernadores, primarias presidenciales), nos encontramos en una etapa de cambios e incertidumbre, lo que tiende a postergar la inversión y desacelerar el crecimiento de las empresas y la economía.

Las empresas hoy navegan en un mar de incertidumbre, y la participación e involucramiento del directorio es clave en esta etapa para resguardar y monitorear el valor de una compañía.

Las principales acciones que debe seguir un directorio en tiempos turbulentos, adicionales a sus funciones habituales, son:

  1. Revisar el plan estratégico de la compañía y reformular sus objetivos y métricas, de ser necesario. (Si no tiene uno, le sugerimos preparar uno)
  2. Diversificar el riesgo y disminuir la concentración del negocio en un sólo comprador, proveedor u otro actor crítico. Evaluar la diversificación geográfica de las ventas, generar planes de abarcar nuevos mercados y procurar la buena gestión de protecciones cambiarias, entre otras.
  3. Adelantarse a las necesidades de financiamiento en un escenario de tasas de interés fluctuantes y al alza. De la empresa haber experimentado una baja en ventas acompañado de una estrechez de caja, esto se vuelve fundamental.
  4. Gestionar la liquidez, desde las políticas de crédito y cobranza, hasta los planes de inversiones. Proyectar y monitorear el flujo de caja regularmente, ojalá de manera semanal o mensual, de manera implacable.
  5. Medir el impacto de potenciales alzas de impuestos e imposiciones y buscar formas de minimizar su incidencia en los resultados de corto, mediano y largo plazo.
  6. Monitorear constantemente el valor de la empresa la validez de las estrategias y tácticas utilizadas, y planificar cómo seguir construyendo valor aún en escenarios de incertidumbre.

No se debe descuidar el rol regular del directorio tampoco, que consiste en el monitoreo activo de los resultados mensuales de la compañía, sus avances, su estrategia y cerciorarse que no se descuide la planificación comercial ni se pierda de vista el core business.

Factores determinantes para vender exitosamente una empresa

La venta de una empresa es un proceso estratégico que requiere una planificación cuidadosa y una comprensión profunda de los factores determinantes para lograr el éxito.

En Valoriza sabemos que cada empresa es única, pero existen elementos clave que influyen en la capacidad de vender una empresa de manera efectiva.

Uno de los factores esenciales es la valorización precisa de la empresa. Conocer el valor real de su negocio es crucial para establecer expectativas realistas y atraer a los inversionistas y compradores ideales. Una valorización precisa no solo garantiza que obtenga un precio justo, sino que también aumenta la confianza de los compradores en la transacción.

La preparación también desempeña un papel fundamental. Antes de poner su empresa en el mercado, es importante asegurarse de que esté en su mejor forma. Esto implica revisar a fondo las finanzas, la documentación legal y operativa, y abordar cualquier área que pueda necesitar mejoras. Una empresa bien preparada es más atractiva para los compradores y puede cerrar la brecha de negociación de manera más efectiva.

La identificación del público objetivo adecuado es otro factor crítico. Al conocer quiénes son los compradores potenciales y qué buscan, puede personalizar su estrategia de venta para satisfacer sus necesidades específicas. Esto puede incluir inversores estratégicos, competidores en busca de adquisiciones o fondos de inversión interesados en su industria. En Valoriza contamos con una amplia red de contactos que nos permite encontrar los mejores inversionistas para cada empresa.

La confidencialidad y la gestión de la información son igualmente importantes. Mantener la discreción durante el proceso de venta es esencial para evitar que la noticia afecte negativamente a su empresa y sus empleados. Al mismo tiempo, entregar la información correcta a los compradores interesados en el momento adecuado puede agilizar el proceso y generar confianza en la transacción.

En Valoriza, comprendemos que vender una empresa es un desafío complejo tanto en el ámbito de los negocios como desde una perspectiva personal. Nuestra experiencia y enfoque integral nos permiten guiar a nuestros clientes a través de estos procesos y asegurarnos de que estén preparados para una venta exitosa. Con la estrategia adecuada y el conocimiento experto, puede lograr una transacción exitosa que maximice el valor de su empresa.

También te puede interesar nuestro artículo que lista las etapas de venta de una empresa.

Descubre cómo es el proceso de venta de una compañía en Chile

Descúbre cómo es el proceso de venta de una empresa en Chile:  

El proceso de venta de una empresa es largo y desgastador. Sin embargo, preparado con tiempo, puede traer grandes beneficios para sus dueños.

Cuenta con al menos 5 etapas o fases distintas: 

Fase 1, o Decisión de Venta: en la que se toma la decisión de venta de la compañía e incluye la definición de estrategia, la preparación, y la obtención de información a través de una valorización y asesoría profesional. Se deben fijar también metas realistas de venta, tanto en valores como condiciones asociadas e hitos a los que podría estar sujeta una venta por etapas.

Fase 2, de Preparación: En esta etapa se levanta una posible lista de candidatos, es decir los compradores potenciales. Éstos pueden provenir de la red de contactos de los dueños, ser proveedores, o incluso clientes, como también provenir de la amplia red de contactos de firmas especializadas, como Valoriza.

Fase 3 de Negociación. En esta etapa idealmente recién se toma contacto con los posibles compradores, a pesar de que a veces éstos llegan antes de prepararse. Se le presenta información financiera, contable y estratégica a los potenciales compradores de manera táctica y planificada, para efectos de lograr un mayor poder negociador.

La Fase 4 de Due Dilligence, donde se realiza la revisión y auditoría de la empresa, su contabilidad y información interna de toda índole. Esta etapa consiste en la verificación, por parte del comprador, de que la información recibida haya sido fidedigna.

Fase 5 y final, que es donde se concreta la negociación final a la luz del due dilligence y se cierra el negocio en un acuerdo entre embas partes, usualmente en lo que se conoce como un MOU o memorandum of understanding, que especifica las condiciones de la venta, los plazos de pago y otros aspectos críticos del acuerdo.

Los procesos de compra venta, pueden durar entre 9 y 24 meses, con una probabilidad de venta promedio a 2 años siendo de 20% a 60%. El porcentaje de los interesados que hace finalmente una oferta fluctúa entre el 10% a 20%. Un gran porcentaje de las ofertas son a precios menores de los definidos por las metas de los dueños. Esto es común, pero no significa que se debe acceder a un precio menor! Una asesoría profesional puede hacer toda la diferencia.

Es por esto que es fundamental contar con un proceso previo de valorización de la compañía, para poder negociar con conocimiento y claridad respecto de su real valor. Adicionalmente, una asesoría profesional en el proceso de venta permitirá evitar problemas y riesgos que se corren al momento de enfrentar una negociación. De esta manera se podrá maximizar el valor de una empresa, negociar un precio justo y llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes.

Valoriza participa en programa Información Privilegiada de Radio Duna

Cómo afecta el tercer retiro de las AFP al valor de las empresas, es lo que comentó Max Errázuriz, CEO de Valoriza, en el programa Información Privilegiada de radio DUNA.

En este programa se habla principalmente de las condiciones de liquidez en el mercado local, las situaciones que enfrentan los mercados globales, la inflación y el efecto AFP en empresas de todo tipo.

Además se conversó con Felipe Posada, Director de estrategias de Seedstox.

Haz click aquí para escuchar la entrevista.

Bolsa sigue cayendo y empresas pierden valor por riesgo país

Diario Financiero publicó un artículo sobre los efectos de la revisión de planes reguladores producto de la última elección de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores, en la caída de la Bolsa de Comercio y la pérdida de valor de las empresas producto del crecimiento del riesgo país.

El artículo también se refiere a la pérdida de valor experimentada por varios fondos de inversión, en particular los de carácter inmobiliario.

Max Errázuriz, CEO de Valoriza, consultado al respecto, señaló que la incertidumbre sobre cómo será la capacidad de generar caja de una empresa a futuro produce caídas en el valor de las compañías.

Asimismo, señaló que si bien hay varios factores en juego, el único efecto medible y concreto a la fecha, que impacta objetivamente el valor de las compañías es el aumento en el riesgo país, que explica la caída de entre 3 y 4%.

Haz click aquí para leer la noticia.

¿Es necesario valorizar mi empresa al enfrentarme a una negociación?

Es muy importante que tengas presente que la valorización de empresas, al igual que la tasación de cualquier activo o bien inmobiliario, no es una ciencia exacta ya que el valor final siempre dependerá del resultado de una negociación. Sin embargo, si quieres vender tu empresa o realizar un aumento de capital, resulta fundamental hacer una valoración rigurosa que entregue las herramientas para enfrentar una buena negociación con potenciales compradores, quienes también realizarán su estimación para determinar cuánto estarán dispuestos a pagar por el negocio.

Una empresa vale “lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella”, pero ¿cuánto está dispuesto a pagar un comprador racional por una determinada empresa? Los inversionistas sofisticados y expertos en finanzas basan su disposición a pagar en la capacidad que tenga esta empresa de generar caja a futuro. No sus ventas, ni su EBITDA, ni sus Utilidades. Caja.

La estimación de la capacidad de generar caja de cualquier negocio es algo que no se desprende tan fácilmente de los Estados de Resultados de una compañía. Tiene consideraciones estratégicas, relativas al riesgo, al mercado e incluso el marco legal en que se desenvuelve la empresa.

La valorización se centra tanto en determinar cuál es la capacidad de una empresa de generar caja a futuro como cúales son los niveles de riesgo asociadas a estas estimaciones. Para esto se deben identificar los drivers de los cuales se desprenden una serie de cifras: ventas, costos y gastos, márgenes, desfases de caja, capital de trabajo y reinversiones necvesarias. En definitiva los elementos que hacen que una empresa genere valor.

Mi empresa vale mucho más que eso…

Para el empresario, muchas veces fundador de su negocio, que ha hecho crecer y al que le ha dedicado su vida, su empresa es como un hijo y generalmente suele tener una expectativa inflada de su valor por los condicionantes subjetivos que conlleva. 

Por eso recomendamos que, si piensas vender tu empresa, te pongas en los zapatos del comprador, pues él verá las cosas de otro manera. Su principal pensamiento será: «Si pago todo eso por la empresa, ¿cómo voy a ganar yo dinero?». 

En cualquier caso, un comprador utilizará el método que demuestre que vale poco y un vendedor usará otro para demostrar que vale mucho. 

Pero hay métodos más confiables y precisos que otros, siendo el más utilizado el de los Flujos de Caja descontados, dado que es el único que se hace cargo de responder la pregunta más relevante a la hora de evaluar un negocio que es cuánta caja puede este generar a futuro. Aún así cuando se valora para negociar una compraventa de empresa, todos los métodos son válidos si sirven para apoyar racionalmente una negociación, dado que al final del día, una empresa vale lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella. 

Pero si quieres vender bien el trabajo de muchos años te interesará valorizar tu empresa de la forma más seria y profesional posible, de manera de  contar con sustentos sólidos de cara a defender su verdadero valor.

El 95% de los empresarios no conoce el valor de su compañía.

La mayoría de ellos se pregunta ¿por qué es necesario conocer el valor de mi empresa? En una encuesta realizada por Valoriza a través de los últimos 3 años, nos encontramos con esta inquietante cifra. 

Entonces ¿por qué es necesario conocer el valor de una compañía? Muchos piensan que es algo que se necesita únicamente al momento de vender un porcentaje o la totalidad de su empresa, que es una herramienta que se utiliza para enfrentar un escenario de negociación inmediato. Muchos desconocen es que tiene otros múltiples usos, como:

  • Medir la creación de valor de las decisiones estratégicas de la compañía y definir metas de valor a alcanzar
  • Generar planes de incentivos al personal clave de la compañía y venta de un porcentaje o entrega de stock options
  • Preparar la empresa para una futura venta y entender qué aspectos de la empresa mejorar para maximizar su valor
  • Definir su valor en el pacto de accionista en caso de salida o fallecimiento de uno de sus socios o para resolver disputas y fijar valores de compra – venta de acciones
  • Financiarse vía aumentos de capital en caso de agotar las fuentes tradicionales de financiamiento

Conocer el valor de una compañía es una herramienta fundamental en el ámbito empresarial, y su importancia va más allá de la simple venta de una parte. Este conocimiento tiene una serie de aplicaciones clave que pueden impulsar el crecimiento y la toma de decisiones estratégicas de la empresa. En primer lugar, permite medir la creación de valor resultante de las decisiones estratégicas de la compañía, lo que es esencial para definir metas de valor concretas y alcanzables. Además, el valor de la empresa se utiliza para generar planes de incentivos para el personal clave, a menudo a través de la venta de porcentajes de la empresa o la entrega de opciones sobre acciones.

La valoración también desempeña un papel crucial en la preparación de la empresa para una posible futura venta, que puede ser inesperada, ya que proporciona información sobre los aspectos que deben mejorarse para maximizar su valor en el mercado. Además, es esencial en situaciones de pacto de accionistas, como salidas o fallecimientos de socios, y para resolver disputas, ya que ayuda a fijar valores de compra-venta de participación o acciones de manera justa y transparente.

Otro uso importante de la valoración es la posibilidad de financiarse a través de aumentos de capital cuando se han agotado las fuentes de financiamiento tradicionales.

Cabe destacar también que es parte del rol de los directores de las compañías revisar permanentemente el valor de éstas y cuál ha sido su aporte en la generación de valor.

En resumen, conocer el valor de una compañía no solo es esencial para las transacciones comerciales, sino que también sirve como una herramienta estratégica valiosa para la toma de decisiones, la gestión de recursos humanos y la planificación financiera de la empresa en su conjunto.